Una inflación que será mucho más persistente, con el consumo y la inversión profundizando sus caídas: las claves del IPoM de junio
Si el foco de los anteriores Informes de Política Monetaria (IPoM) había sido el impacto de la pandemia y la fuerte desaceleración del crecimiento, el reporte de junio tuvo un tono marcado por la preocupación por la inflación.
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Si el foco de los anteriores Informes de Política Monetaria (IPoM) había sido el impacto de la pandemia y la fuerte desaceleración del crecimiento, el reporte de junio tuvo un tono marcado por la preocupación por la inflación.
El Banco Central enfatizó en el reporte que los altos precios se mantendrán en los próximos meses, alcanzando un techo cercano al 13% en el tercer trimestre para luego comenzar a descender para cerrar el año cerca de 10%.
Si bien el emisor mejoró la proyección de crecimiento del PIB para este año, redujo la del próximo año, asumiendo un escenario de caída o de nula expansión en 2023.
Abróchense los cinturones para el 2023
En términos de las proyecciones, el emisor mejoró sus pronósticos para el Producto Interno Bruto (PIB) de este año en cinco décimas, a un rango entre 1,5% y 2,25% en relación al de marzo.
Eso sí, fue más allá en la caída prevista para el 2023: ahora espera un rango que oscilará entre una contracción de 1% y un nulo crecimiento de 0% para el próximo año, desde la caída de 0,25% y un alza de 0,75% que preveía en el reporte de marzo.
Al proyectar por segunda vez el 2024, el banco su pronóstico de expansión del Producto entre 2,25% y 3,25%.
Desaceleración se posterga hacia fines de año y el 2023
En su argumentación, el Consejo planteó que las cifras mejores a lo esperado en el inicio del año llevan a postergar el inicio de la desaceleración de la actividad, cuyo ajuste ahora se materializaría con mayor fuerza en el segundo semestre de este año e inicios del 2023.
Esto implica que si bien el cierre del año será mejor al previsto, el inicio del 2023 será peor al anticipado, afectando el desempeño del próximo ejercicio en su conjunto.
Empeora el escenario de la inversión
Otra de las señales potentes del informe es que la inversión continuará su senda bajista, profundizando las caídas en la formación bruta de capital fijo en años consecutivos.
Así, prevé que el indicador caerá 4,8% este año, peor a la baja de 3,8% prevista en marzo. El menor ritmo se extenderá a 2023, cuando espera una contracción de 2,2%, lejos del 0,2% de merma que esperaba la entidad hace tres meses. En 2024 se retomarán números azules con un crecimiento de 3%, un punto porcentual mejor a lo previsto en marzo.
"Los fundamentos de la inversión también han empeorado. En el caso de las condiciones financieras, juegan un rol relevante el deterioro ya ocurrido en el mercado de capitales y los menores niveles de ahorro de largo plazo para el financiamiento de la inversión. Se suman las revisiones del catastro de inversión de la Corporación de Bienes de Capital, la persistencia de una elevada incertidumbre y una caída generalizada de las expectativas empresariales".
Inflación se empinaría a cerca del 13%
Ya asumiendo todo el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, el instituto emisor corrigió fuertemente al alza la proyección para el Índice de Precios al Consumidor (IPC) este año y el próximo, llevando la variación a cerca de un 10% en el cierre de este ejercicio
En específico, a diciembre el IPC cerraría en 9,9%, 4,3 puntos porcentuales mayor a lo previsto en marzo. El promedio del año será de 10,8%, mayor al 8,2% anticipado hace tres meses.
"En el escenario central, se estima que la variación anual del IPC seguirá aumentando, hasta valores algo por debajo de 13% durante el tercer trimestre. A partir de allí, comenzará a descender, terminando 2022 en torno a 10%, lo que es significativamente superior a lo previsto en marzo", asegura el Consejo en el reporte.
La revisión de la proyección de inflación subyacente a diciembre de este año también es "relevante", agregó el banco, llegando a 9,7% a diciembre, 2,5 puntos porcentuales por sobre lo previsto en marzo.
"En este caso, los principales cambios responden a los mayores precios de los alimentos incluidos en este índice, al efecto del alza del tipo de cambio y a los cuellos de botella logísticos en el precio de los bienes. También tiene un efecto el mayor consumo privado que se está observando y los impactos de segunda vuelta del incremento en la inflación esperada", manifestaron los consejeros.
Para el próximo año, redujo en dos décimas su apuesta, a 2,7%, mientras que mantuvo la proyección para 2024 en 3%.
El impacto en la ciudadanía de una inflación más duradera
En el resumen del IPoM, el Banco Central entregó una reflexión sobre las implicancias de que la inflación se mantenga en niveles altos por más tiempos y el consecuente impacto en la ciudadanía.
"La inflación ha alcanzado valores que no se observaban hace décadas, y sus efectos negativos en las familias se reflejan en la preocupación pública por este fenómeno. Se suma que las expectativas de inflación a dos años plazo de economistas y operadores financieros persisten por sobre 3%, y que las expectativas de las empresas a horizontes más largos también han aumentado", señalaron los consejeros.
A su vez, manifestaron que inflaciones altas por períodos prolongados se vuelven "más persistentes" y la evidencia indica que "el costo de ajustarlas aumenta, con el consecuente impacto en el bienestar de la población".
"El Consejo monitoreará cuidadosamente la evolución del escenario macroeconómico, velando por que se garantice la convergencia de la inflación a la meta en el horizonte de política monetaria de dos años", cerraron las autoridades monetarias.
La clave: resolver los "desequilibrios macroeconómicos"
Respecto a la tasa de interés, luego de que el emisor la subiera en 75 puntos a 9% en su reunión de ayer, el mensaje del IPoM es que a mediano plazo el ajuste de los "desequilibrios macroeconómicos" encubados en los últimos dos años en el país se mantienen como el "elemento central" para que la inflación converja a 3% en un plazo de dos años.
"El alto nivel de inflación y la mayor persistencia asociada a sus principales determinantes han requerido de una política monetaria más contractiva para lograr dicha convergencia. Esto llevó al Consejo a elevar la TPM a 9%, estimando que para asegurar la convergencia de la inflación a 3% en el horizonte de dos años, serán necesarios ajustes adicionales de menor magnitud. De todos modos, los riesgos siguen siendo elevados, en particular por el nivel que ha alcanzado la inflación y su mayor persistencia", enfatizó el informe.
El consumo sigue resentido
En línea con el menor dinamismo de la inversión, el IPoM también recorta las apuestas para el desempeño del consumo total en los próximos dos años, pese a mejorar su visión para el 2022.
Así, para 2022 pasó de prever una caída de 0,2% a un crecimiento 2,8%, mientras que para el próximo año la baja será de 3,7% (2,9 puntos porcentuales peor a lo esperado en marzo). A su vez, en el 2024 si bien se retoma el crecimiento, será a un ritmo de 2,4%, siete décimas menos que hace tres meses.
En su explicación, el banco señaló que la liquidez remanente de las medidas de estímulo adoptadas en 2021 continuará sosteniendo el consumo en lo inmediato, pero la mayor parte de sus fundamentos apuntan a que este "se debilitará" durante la segunda parte del año".
"En el mercado laboral, la creación de empleo continúa, pero a una velocidad más lenta que en meses anteriores y con menores salarios reales, en un contexto en que la tasa de desempleo permanece bajo 8%. Las condiciones financieras que enfrentan los hogares se han vuelto más restrictivas, tanto por las mayores tasas de interés como por el aumento de las exigencias para obtener créditos. En este contexto, coincidiendo con el efecto de la inflación en el poder adquisitivo de los hogares, las expectativas de los consumidores se han deteriorado con fuerza en los últimos meses, empeorando la percepción sobre el empleo, la inflación y la compra de bienes", explicaron los consejeros.